Ruperto: Su papá nada más me quedaba mirando como si me la fuera a robar en ese instante, pero yo no pensaba en robármela, yo quería hacer las cosas bien como dios manda, aunque al principio nos veíamos en la plaza a escondidas de sus papás (risas)

Entrevistador: y dígame señor Ruperto ¿Cómo fue que le pidió que fuera su novia?

Ruperto: Pues al inicio pensaba que si le decía me iba a decir que no y ya no la iba a volver a ver,  pero también pensaba en que si no le decía algún vivo me la iba a quitar. (Risas)

Paulina: Me acuerdo que ese día nada más fuimos mi mamá y yo a la plaza. Ruper y yo ya teníamos varios meses viéndonos a escondidas (risas) pero nunca pensé que ese día me lo iba a pedir. Se me acercó al oído y me dijo, “¿Entonces qué, si vas a ser mi novia o te vas a ir corriendo con tu mamá? (risas).

Ruperto: Afortunadamente me dijo que si y fui hasta su casa a pedirle permiso a sus papas de que fuera mi novia, eran otros tiempos, antes era más difícil que un padre te diera su aprobación pero yo a ella la quería y la quiero en serio, así que yo iba a hacer las cosas bien para que estuviéramos juntos. Su papá me dijo que en que trabajaba y que pensaba darle a su hija y yo le dije que ya iba a entrar a baleros para darle sólo lo mejor a Pauli.

Paulina: Tú crees que hasta se fue a meter a trabajar a baleros (SKF) con tal de que mi papá nos diera permiso de ser novios.

Entrevistador: Me imagino que no fue fácil llevar a cabo una relación en la que no sólo tenía que quedar bien con su novia, sino que también con los padres de ella. ¿Tuvieron dificultades durante su noviazgo?

Paulina: Pues yo no estudiaba, antes no te daban la educación tan fácil como ahora, así que cuando salía de trabajar me iba a ver, nada más un ratito porque mi papá no nos dejaba quedarnos tanto en la casa. También salíamos a la plaza y me compraba palanquetas y gomitas (risas). Así que durante el noviazgo no tuvimos muchos problemas, como para vernos o discutir, la verdad es que no.

Ruperto: Yo rolaba turnos en SKF así que cuando me tocaba trabajar en la tarde, la veía en la mañana, y cuando me tocaba en la mañana la veía en la tarde y cuando estaba en la noche me aguataba el sueño y la veía por las tardes.

Entrevistador: ¿En qué momento se dio cuenta que se quería casar con ella?

Ruperto: La verdad es que desde que la vi ya me hacia una vida con ella (risas) pero cuando empezamos de novios me di cuenta que no me había equivocado en elegirla, así que desde que entré a baleros me puse a ahorrar para pedirle matrimonio y darle una fiesta como dios manda, que le gustara y que se diera cuenta que yo la haría muy feliz.

Entrevistador: Y usted doña Paulina ¿en que momento se dio cuenta que don Ruperto era el amor de su vida?

Paulina: Cuando andábamos de novios me trataba con mucho respeto y siempre procuraba que yo estuviera bien, que me divirtiera y sobre todo me daba mucho amor, fue durante nuestro noviazgo cuando me di cuenta que quería casarme con él.

Entrevistador: ¿Cómo le propuso matrimonio?

Ruperto: Un día estábamos en la plaza y le dije que ya no quería dejarla en su casa, irme y tener que verla hasta el otro día, que quería hacer una vida con ella. Se empezó a reír y dijo que a qué hora pasaba por ella para que nos escapáramos (risas) yo le dije que no era ningún ladrón que quería estar con ella pero como dios manda, pidiéndosela a sus padres y que ellos me aceptaran para que estuviéramos juntos.

Paulina: No pensé que me fuera a decir que me iba a pedir en matrimonio con mis papás, yo veía como mis hermanos nada más se robaban a sus novias y ya, así que pensé que me iba a pasar igual. Cuando me dijo que quería hablar con mis padres me sentí muy feliz y emocionada porque iba a estar para siempre con la persona que más he amado. (Lagrimas)

Ruperto: Pauli no llores que va decir la muchacha (risas)

Entrevistador: No se preocupen, recordar es volver a vivir y que bueno que  recuerden con tanta felicidad esos momentos elementales en sus vidas. Ahora díganme ¿Qué dijeron sus papás doña Paulina, cuando don Ruperto fue a pedir su mano?

Paulina: Se enojaron mucho pues nada más habían pasado dos años desde que empezamos a andar, dijeron que no lo conocía mucho, que que tal y salía un mal hombre.

Ruperto: Yo no me rendí, fui al día siguiente y siguiente y siguiente hasta que sus papas me aprobaran, hasta me dijeron que me iban encerrar en la cárcel si seguía yendo a buscar a Pauli

Paulina: Al final ellos se dieron cuenta que Ruper me quería de verdad y que quería hacer las cosas bien así que aceptaron.

Entrevistador: ¿Cómo recuerdan su boda?

Ruperto: Nos casamos el 10 de mayo de 1964 en el patio de su casa, que era muy grande, nos casamos por el civil y lo más importante por la iglesia. Le prometí que nunca me cansaría de amarla y darle lo mejor.

Paulina: (entre llanto) No hay día en que no recuerde que a partir de esa fecha me volví la mujer más feliz de la vida.